En esta carta Santiago el hermano del Señor Jesús, nos aconseja que tengamos paciencia hasta la venida del Señor.
Todo lo que sembramos tendrá recompensa en su venida. A veces recibimos prontamente las respuestas a las oraciones y otras veces no. Nuestra paciencia empieza a acabarse y perdemos la esperanza de recibir algo de parte de él. Es el comienzo de nuestro decaimiento en la fe de las promesas de Dios.
Pero Dios no nos deja ignorantes en cuanto a conocimiento espiritual, sino que nos deja en las cartas bíblicas revelaciones necesarias para alcanzar sus bendiciones.
Tener paciencia y sobre todo afirmar los corazones, pues la venida del Señor se acerca.
Como decíamos, al desesperar, nuestros corazones comienzan a ser de doble ánimo, pierden fuerzas, y se desvían devotamente del único al que hay que poner la pasión en el, que es Dios, el Señor Jesús y su Espíritu Santo.
El mundo, el diablo, los errores, y las pruebas, comienzan a bombardear nuestra mente y por ende nuestro corazón, y este se hace frágil, inestable, inconsistente, variable y vacilante ante los sucesos espirituales que vienen por delante. En este caso la venida del Señor Jesús, en luz resplandeciente, en majestad y gloria, para bendecir a su pueblo con toda su unción y bendición completa.
Al final vemos una consecuencia de la desesperanza que es la queja de unos contra otros, asimismo de la condena. Pero Jesús que es el juez esta a la puerta, a las puertas, de su venida. Por lo que debemos velar, estar atentos, santificarnos y procurar tener paz con todos, de esta manera afirmaremos nuestros corazones delante de él y recibiremos su recompensa.
Si nuestro corazón nos reprende en su ausencia, como estará cuando nos encontremos con el Señor personalmente.
Oración:
Señor Jesús, perdóname por perder la paciencia Señor, y desesperarme ante no ver el resultado de mi oración. Me arrepiento de
mi pecado. Confío en ti y en tus promesas. Dame fuerzas para tener paciencia y afirmar mi corazón para cuanto tú vengas Señor. Ven pronto Señor, Amén, Si, Ven Señor Jesús y toma tu lugar. Amén.
Acción:
Este atento a las señales de la venida del Señor, dejadas en su palabra, y habladas en las predicaciones.
Mantenga la oración, la lectura bíblica, y la congregación, para tener su luz espiritual encendida para cuando el venga.
Este en paz con todas las personas. Perdone y pida perdón al ofensor. Santifique su vida espiritual. Arrepiéntase de su
pecado. Obedezca lo que el Señor le pide. Sea como un niño, dependiente, inocente y creyente en su andar espiritual en este mundo.
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